El rey de los videojuegos podría ser príncipe

Existen más de medio millón de sitios web que hablan sobre él. Y no es para sorprenderse. Shigeru Miyamoto, el revolucionario ícono del Nintendo, es todo un personaje mundial. Tal vez muchos no lo recuerden; aunque al escuchar algunos de sus trabajos, es posible que la percepción sea otra. ¿Quién no ha oído hablar de Mario Bros? Pues sí, este jueguito que destrozó nuestros pulgares vio la luz gracias a este señor, quien hace unos días fue presentado como candidato al Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades, según informa la versión digital del diario español EL PAÍS.

En el artículo se menciona que la candidatura ha sido promovida por diversas organizaciones relacionadas a los videojuegos; se hace una síntesis de la carrera de Miyamoto, citando su labor actual detrás de la plataforma Wi Fit; y de los factores que están más allá de la diversión, tales como la interacción global, la expansión del ocio, etc. “La potencia del videojuego como activador mental, físico y social”, comenta Gonzo Suárez, creador de videojuegos en España.

Y es que- pese a los innumerables estudios, debates, críticas e informes que generan las consolas y videojuegos en sí- este fenómeno parece no tener freno. Cada año, salen a la venta impresionantes videojuegos que generan una enorme expectativa en los millones de fanáticos y aficionados al mundo virtual.

Es cierto, los casos de adicción son el trago amargo de este volcán de tecnología que no descansa. No obstante, debemos recordar que la ludopatía también abarca un gran porcentaje de personas que prácticamente viven en los casinos. Lo ideal es que exista un balance entre las labores y el tiempo de recreación.

El año pasado, en la categoría de Comunicación y Humanidades del Premio Príncipe de Asturias, el galardón se lo llevó la Universidad Nacional Autónoma de México. Este dato me parece curioso. Ustedes dirán, ¿por qué? Pues es más que obvio. En muchas ocasiones, tanto los colegios como universidades, intentan persuadir a sus alumnos a dejar los “vicios” que “destrozan el cerebro”. En todo caso, habrá que esperar si una universidad le cede la posta al “enemigo”.