Hace algunos días, mientras le daba un vistazo a la televisión, empecé a sentir cierto cosquilleo nostálgico. Dicha sensación-con el pasar de los minutos- terminó convirtiéndose en un antojo similar al de una gestante (no exagero). Y todo por la mala suerte de aterrizar en un canal de música que cerraba su bloque de videoclips con una canción de la cantante Shakira. La canción era Pies descalzos.
Debo confesar que le guardo cierto cariño a dicha canción. Pero al margen de mis gustos personales, tal suceso generó unas ganas increíbles de volver a ver el video por TV. No lo logré; sin embargo, (seguro ya saben la respuesta) pude conseguirlo en Youtube, aunque el feeling no sea el mismo.
Y a este suceso tan extraño se sumo la interrogante que algunas personas (me incluyo) se hacen: ¿qué le pasó a Shakira? Bueno, no es que la estrella colombiana esté sufriendo algún problema físico; tampoco está referido a problemas de dinero (eso sería casi imposible), y menos con el tema de popularidad o actividad musical. Todos sabemos que Shakira pasa por un momento espectacular. Es más, sería raro no verla en alguno que otro medio.
Sin embargo, la interrogante sobre el cambio de Shakira no debe ser tomada con agresividad o “mala leche”. Por ahí leí varios comentarios en los que se afirmaba que Shakira se vendió a los gringos, que su último disco es una porquería y que ahora más parece una empresaria.
Es cierto, la cantante colombiana dio un cambio radical en cuestión a su imagen: cuerpo atlético, cabello rubio, vestimenta, estilo musical, etc. Pero lo que no podemos negar es su calidad artística. ¿La voz de Shakira se ha desmejorado? ¿Sus conciertos son de baja calidad? Y pese a los nuevos hits comerciales que suenan y resuenan en la radio, ¿acaso no suele incluir un bloque de sus primeras canciones en las presentaciones que hace?
Y respecto a lo de empresaria. Pues sí, Shakira es una mujer exitosa, una empresaria que maneja su imagen dentro y fuera de la música. Esto es lo más normal en el mundo de la música, el cine y la televisión. Los personajes públicos buscan asesoría y terminan a veces “chuntándola” o metiendo la pata.
Paralelo a esto, debemos reconocer su esfuerzo con la Fundación Pies descalzos. ¿Será cuestión de imagen? Pues qué importa cuál sea la intención de tener una ONG si el beneficio es para los niños.
Tampoco quiere que piensen que no me importa el hecho de que ciertas personas se aprovechen de las necesidades de los demás para ganar popularidad, solo que afirmo que mientras se respete la ayuda y la misión de dicha fundación, los detalles quedan aislados.
Por otro lado, respecto a los fans, ¿de que si perdió algunos?, pues claro que sí, pero también ganó otros targets. Muchos grupos y artistas pierden y ganan fans, incluso por acciones que están fuera de lo musical.
Sin duda, la Shakira que conocí está más cerca de quedarse en mis recuerdos y plasmarse en la web, que en volver a la realidad. No es un pecado cambiar, y en el caso de Shakira el cambio puede haber sido bueno, malo… quién sabe.
Sus defensores afirman que Shakira ha evolucionado y se basan en las cifras: ventas, cantidad de conciertos, premios, etc. No obstante, la mejor sensación que puede tener un músico, es la empatía que se logra al penetrar en cualquier persona por medio de estrofas y coros. Pero ¡Cómo quisiera que sea la de antes!
Pies descalzos:
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Algunos videos sobre la Shakira de antaño:
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Este está picante...
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